La libertad es una meta o concepto que ha provocado guerras, revoluciones y cambios en toda sociedad y persona. Más allá del concepto bondadoso que acaba donde empieza la del otro, me pregunto si sabemos gestionar la nuestra.
Es una meta que mientras estamos en lucha por conseguirla nos estimula e impulsa adelante. Pero y cuando realmente la conseguimos y tenemos el tiempo para gestionarla, ¿sabemos usarla? ¿Sabemos integrarla? No hay prisión más efectiva que la que no tiene barrotes ya veces nosotros mismos nos ponemos en jaulas de oro y mal usamos nuestro “tiempo” y nuestra vida para realizarnos plenamente.
¿Sabemos quiénes somos? ¿Sabemos qué queremos? ¿Sabemos qué hacer de nuestro tiempo? ¿Cuántos trabajamos para ocupar nuestro tiempo? ¿Cuántos nos preocupamos por estar ocupados? Tenemos la mente tan enervada y ocupada que incluso en el impasse de tiempo que nos dejamos «libres» para no hacer nada realmente no sacamos provecho y seguimos haciendo, desde la mente, ocupándonos para estar preocupados.
¿Cuántos mientras trabajamos, enfadados porque el sueldo, la cabeza…. y prometiéndonos todo lo que haríamos si tuviéramos tiempo y cuando éste llega porque tenemos vacaciones, paro o jubilación nos sentimos tan descolocados que volvemos a buscarnos trabajos que no nos gustan, parejas indeseables o mil coartadas más para volverse enfadados, mentalmente
¿Sabemos ser felices? ¿Sabemos permitírnoslo? ¿Sabemos ser libres? ¿O va bien tener culpables en quien depositar el peso de nuestra responsabilidad en nuestra felicidad? La felicidad es una opción que nace del día a día. Una apuesta por uno mismo que a los que nunca lo ha intentado les parece una utopía llamada por gente que nunca ha sufrido como ellos o un esfuerzo constante por los que lo han probado y tirado la toalla porque nos esquiva a la manera en que la queríamos.
Ser feliz no significa no sufrir. Ni tener problemas. No todo es curable, pero si no lo intentas no será nada. ¿Y si le dijera que la magia del universo está en CREAR? Que la vida es una rueda, morimos, nacemos y todo está en constante flujo y movimiento. Que cuando no “haces nada” es tiempo de impasse, pero debe durar un instante… que la eternidad es sólo un momento y dentro de éste está la creencia de tiempo. Si lo olvidas, todo sucede al mismo momento… así que para sentirte feliz y en paz debes olvidar el tiempo y el espacio y entonces creas al instante y en él mueres, renaces y entiendes que estos momentos de felicidad fugaces desaparecen porque saben podrás crear otros nuevos.
Debemos empezar a entender que nosotros tenemos el poder de crear las circunstancias que marcarán nuestra vida. Da igual el poder que tenemos. Decisión: ¿dónde pongo mi atención? ¿Dónde me quiero re-Crear? Ser feliz es una opción. Cómo ocupo mi tiempo es una consecuencia.
